Ya la misericordia dejo de apiadarse de mi,
hoy el triste y viejo cincel volvió a macerar sus gritas sobre mi dorso,
hoy desclave al personaje mas amoroso, y lo deje andar por el viento en busca de su amor.
Las cosas suelen dejar de existir,
el tiempo, el andar, el murmullo, los clavos, un beso...
todo suele apegarse a mi piel y desgarrarme cuando se vuelca al giro incontrolable de su caminata,
rompe y gime, llora y aturde, emula y defeca, cual fuese la ventisca mas fuerte q se despide de su suelo,
ese mismo q dejo acaecer su golpe tan fuerte, y vio desprender su lado mas tierno en descubierto.
hoy te das cuenta q el ayer, el pasado el hoy se convierte en algo tan vertiginoso y nos devuelve a su in sitiun, como si la caricia mas reciproca voltease a acariciar otra mejilla y escupe a tus pies la mitomanía de su semblante.
Puedes reproducir el tiempo, puedes darte cuenta q las palabras y mis letras no buscan hallarte,
sino el envolverte, en esta lagrima,
q sin darse cuenta piensa...
te estremece, saber el delirio, pero lo amas,
te acongoja el misterio, pero lo abrazas,
te aturde conocerme...
pero destornillas mis manos, cubres mi semblante, limpias las heridas,
y vuelves a infectarme con tu hiel.
Encuentras devolverme el atentado de letras q hago sobre ti,
y te apenas de aquella sombra q anda por el camino q no escogió,
del viejo andante, recluido sobre sus aposentos, la fuerza aminalada por el dolor de dejar todo.
Q encuentras de mi, q se parezca al mundo de nubes rosadas,
q encuentras de mi en un golpe de un cigarrillo,
q encuentras de mi...
si mis letras se marran una contra otras,
y se golpean y se hieren y se maltratan y se empolvan y se dejan caer sobre tu mismo lecho,
q encuentras dejando el placer, si mi único gusto es dejar golpeado mi símil forma de entender,
en mi atentado de letras.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
 

No hay comentarios:
Los comentarios nuevos no están permitidos.