Las cosas no duran para siempre...
y todo suele dar vueltas en mi cabeza,
como si arrancaras cada minuto que tengo destinado,
como cada cabello que ya no tengo,
como cada suelo que se nos fue robado por la sociedad,
como cada beso que se fue por el viento en tu ausencia.
Nada dura para siempre,
y lo aprendí de tus labios,
de tus besos a medias,
de tus obstáculos de color rosa,
de tus andares con el Don Quijote,
y de tu sonrisa de tarde.
Todo termina, en el siempre,
y aquejas este dolor con tus manos,
irrumpes mi hablar,
mi nostálgica forma de caminar,
mis libros rotos,
mi compasión por el amor,
y mi deatada forma de decir perdón,
cuando en la fuerza se encuentra la motricidad de tu cariño.
Nada aqueja y termina en el nunca.
Como si hubieras destapado tu silencio,
en el cristo de 4 estacas,
y soltaras tu risa sobre mi karma escondido,
que huye,
piensa,
vive,
y termina sentado en la calle de su irrealidad,
pensando si abra un nuevo dia para poder sobrevivir,
en tu regazo.
Y mientras todo el nunca,
irrumpes, y hablas, y sientes,
y palpitas, y destruyes, y comienzas,y lloras,
y sueltas, y acongojas, y nostalgia,
Y derramas sobre mi oído la palabra intentar,
cuando en tus palabras se encuentra prisionero la tentación,
amargura,
y ganas de no saber,
si podrás llevar el peso de mis palabras.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
 

No hay comentarios:
Los comentarios nuevos no están permitidos.